El desarrollo de la identidad ocupacional
El concepto de identidad
ocupacional se refiere a la imagen que una persona tiene de sí misma como ser
ocupacional (Pellegrini, 2015).
Charles Christiansen (1999) señala que la participación en las
ocupaciones facilita el desarrollo y construcción de nuestra identidad. Este
autor afirmó que los seres humanos expresamos nuestra identidad a través de
ocupaciones que dan significado a nuestra vida. La identidad ocupacional forma
parte y a su vez es formada por nuestras
relaciones con otras personas; está ligada a lo que hacemos y a la
interpretación de aquellas acciones en el contexto de nuestra relación con
otros; provee y da significado a nuestra historia de vida.
Sabemos que el ser humano es un ser ocupacional y que la
ocupación es el principal medio para desarrollar y expresar la identidad.
Esta identidad ocupacional incluye un compuesto de:
·
el propio sentido de capacidad y eficacia para hacer,
·
tener metas ocupacionales,
·
poder reconocer un estilo de vida ocupacional deseado,
·
aceptar responsabilidades,
·
reconocer habilidades y limitaciones personales,
·
tener compromisos,
·
identificar las obligaciones de los roles y tener intereses,
·
reconocer cosas que uno encuentra interesante y satisfactorio
hacer,
·
un sentido de rutinas familiares de vida.
De la historia de cada
persona, la identidad incluye poder identificar el nivel de efectividad que sintió al desempeñar ocupaciones, el haber
podido encontrar significado y satisfacción con el estilo de vida y haber
realizado elecciones ocupacionales. Estos elementos se acumulan con el tiempo y
se convierten en parte de la propia identidad.
Por lo tanto, la identidad se construye con el hacer y refleja
experiencias vitales acumuladas que están organizadas en un conocimiento de
quién ha sido uno y da un sentido de la dirección deseada y posible para el
propio futuro. Kielhofner (2004) sostiene que la identidad ocupacional sirve
tanto como medio de autodefinición y como un proyecto original para la acción
que viene.
Estas evidencias sugieren que la identidad está representada
en un continuo que comienza con la autoevaluación y se extiende hacia los
elementos más desafiantes de aceptar responsabilidades para la vida y conocer
lo que uno desea de ella. Por lo tanto, se puede sostener que la identidad
comienza con el autoconocimiento de nuestras capacidades, destrezas e intereses
a partir de la experiencia pasada y presente y se extiende para construir una
visión del futuro, basada en los valores de cada persona.
La Terapeuta Ocupacional Elizabeth Yerxa (1998) ofrece una
guía de preguntas facilitadoras para poder conocer la identidad ocupacional de
una persona. Estas incluyen:
·
¿quiénes somos como seres ocupacionales?
·
¿qué ocupaciones realizo diariamente?
·
¿cuál es mi pasión en la vida?
·
¿en qué forma lo que hago moldea quién soy?
·
¿cómo la imagen de mí mismo influye o afecta mis ocupaciones y
mi estilo de vida?
·
¿mis experiencias y ocupaciones son moldeadas por mi cultura?
Pueden sumarse todas aquellas
preguntas que faciliten construir y expresar la imagen que uno mismo tiene
sobre su desempeño ocupacional, por ejemplo:
·
¿para qué soy bueno?
·
¿qué cosas me cuestan?
·
¿cuándo necesito ayuda y para qué?, etcétera.
La identidad, entonces, nos acompaña desde el nacimiento y se
construye y desarrolla con la experiencia. A través de lo que realizamos
construimos identidad. Por ello, es importante considerarla e integrarla en el
razonamiento clínico del terapista ocupacional.
La identidad es lo que permite que alguien se reconozca a sí
mismo. En consecuencia, la identidad personal es aquello que nos define como
individuos. Tenemos consciencia de la identidad, porque tenemos memoria, sin
ella sería imposible nuestro propio reconocimiento. De hecho, cuando alguien
pierde la memoria los terapistas ocupacionales facilitan el fortalecimiento de
la identidad a través del recuerdo de sus historias de vida y sus ocupaciones.
Es importante saber que para poder tener un criterio de
identidad personal es necesario desarrollar el concepto de intimidad, el cual
se adquiere en la infancia cuando poco a poco el niño aprende a distinguir
entre la idea de yo y los demás. Cuando se consolida la noción del yo, la
persona ya puede empezar a comprender quién es. Pensamos y observamos lo que
nos rodea externamente y paralelamente estamos en un cuerpo, con unos
sentimientos e ideas en relación a nuestro interior. Es una especie de diálogo
íntimo con nosotros mismos.
En otro sentido, construimos una identidad realizando
ocupaciones y por la pertenencia a una familia y a un grupo social. Nuestra
individualidad se comparte con los demás y los factores externos acaban
determinando la percepción individual sobre quienes somos. La nacionalidad, la
lengua y las tradiciones son rasgos culturales que son interiorizados por cada
uno de nosotros.
Entonces podemos sostener que la identidad de una persona se
refiere a todas las características que la persona tiene que la hacen ser ella
misma. Es un constructo que la persona tiene en cuanto a quién es, que le gusta
hacer, que le agrada comer, que le disgusta entre muchas otras ideas. El hacer
cotidiano facilita la identificación de esas características personales. También
incluye la percepción o imagen de sí misma (por ejemplo, capaz o incapaz) y los
grupos sociales a los que elige pertenecer o a los que rechaza.
El proceso a través del cual se desarrolla la identidad de un
individuo forma una parte importante del proceso general de desarrollo. Desde
la infancia, la persona busca saber quién es, que puede y que quiere, sin
embargo, en el período de la vida que se asocia más con la búsqueda de
identidad es la adolescencia.
En la clínica de terapia ocupacional, podemos pensar en las personas
asistidas luego de un accidente o cuando se sienten controlados por la propia
enfermedad experimentan una falta de conocimiento que interfiere en el
tratamiento y recuperación. La ocupación utilizada en los espacios de terapia
ocupacional, graduada y adaptada para el desempeño autónomo de la persona, es
la prioridad para construir identidad, una nueva identidad basada en la
historia ocupacional, pero sabiendo que el hacer cotidiano de hoy es la
oportunidad de la construcción exitosa de una imagen de uno mismo como ser
ocupacional. La construcción de la identidad es lo primordial en el espacio
cotidiano de la terapia.
Entonces las actividades, ocupaciones y tareas tienen varios
significados y metas …
¿Qué piensan? ¿Los terapistas ocupacionales tenemos en cuenta
estas dimensiones del poder de las ocupaciones en los espacios de la terapia?
Los espero para compartir juntos ...
Saludos a todos! Mariel
Creo que uno como ser biopsicosocial se reconoce en el hacer. Consideró necesario conocer cuáles son las ocupaciones significativas de la persona que inicia tto... es imposible, desde mi punto de vista, generar avances positivos sin tener en cuenta la magnitud de estos aspectos...
ResponderEliminarNadia gracias por tu aporte!! Tal cual ...las ocupaciones significativas son parte de la historia ocupacional y la llave que facilita conocer la identidad ocupacional de la persona. Este significado que el hacer y las experiencias de vida dejan como impacto o huella en la identidad ocupacional son parte de la dimensión invisible de las ocupaciones. Que temas!!! ya tomare este tema de las dimensiones, el significado, el propósito en otros escritos. Saludos!!Mariel
EliminarImpecable como siempre. El problema sigue siendo la orientación hacia el pasado/presente en este concepto y la relación (o limitación) de las acciones, tareas, actividades y ocupaciones en terapia ocupacional para su desarrollo. El problema es cuando algunos individuos enfrentan "quien soy yo" en situaciones muy específicas (inmigrantes, refugiados, pobreza extrema, género, sexualidad, etc.) en contextos de opresión u otras dificultades como falta de acceso y utilización de recursos. Exposición (jncluso parcial), discusión, recursos, visualización, etc. se vuelven el "tema" y las estrategias terapéuticas una limitación. g
ResponderEliminarTal cual Gustavo! Por eso para mí, la importancia de desarrollar el ARTE DE LA TERAPIA y no solo la Ciencia, no? Considero que, sin Arte, la intervención es solo aplicación de conocimientos científicos en vacío…
EliminarMe hiciste acordar el trabajo en algunas comunidades, por ejemplo en mujeres víctimas de violencia de género en los cuales trabajo, donde la historia e identidad están marcadas por el dolor, la impotencia, la indefensión, y como bien decís vos, las estrategias o protocolos conocidos no sirven o son difíciles de aplicar …¿cómo no movilizar lo que no contengo…?
Sinceramente, en estas realidades apuesto a la “magia de la actividad”, al impacto que el hacer deja en la persona, a su naturaleza ocupacional y facilito oportunidades para la realización de actividades que dejen un significado positivo, con un desafío justo de la actividad y grado de apoyo de terceros que esa persona necesita, que amplíen el abanico de colores de su identidad a través de la experiencia. Es decir, en lugar de indagar en su perfil ocupacional, experiencias pasadas e identidad ocupacional, prefiero ofrecer nuevas oportunidades que abran nuevos colores a la identidad y esperando luego, que cuenten con más opciones de elección.
Siempre digo, ¿quién soy yo para? …¿qué puedo hacer en este breve tiempo de su estadía en el hogar de tránsito, en las pocas o muchas horas de terapia ocupacional? Y nuevamente elijo que puedan transitar nuevas experiencias ocupacionales que dejen una huella de empoderamiento, de logro con o sin apoyo de terceros, de seguir adelante con nuevos colores.
Sé que no es completo, sé que me conformo con poco …pero también sé que es posible, que esto “se lo llevan puesto”, que no depende de ninguna recompensa externa y que esta experiencia en el espacio terapéutico de terapia ocupacional…mañana es pasado …y como pasado debe ser significativamente bello y reconfortante para dejar una huella de empoderamiento de su propio ser.
Se me ocurre ahora…el Arte de la Terapia incluye seguramente el Uso terapéutico del Yo que tanto habla el Marco de Trabajo de TO.
Gracias Gus por tus palabras, un chin chin por estos espacios compartidos. Un abrazo, Mariel
Me gustaría un ejemplo de identidad ocupacional y vocacional
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